En el hospital de día Mario en seguida entabló amistad con otros compañeros de su edad, con los que a veces quedaba por las tardes. Recuerdo a Jessica que era una chica de origen boliviano de 18 o 19 años y que se mostró muy amigable con Mario, y le empezó a invitar a salir con sus amigos, tanto del hospital como otros amigos de su zona.

Vivía en una localidad cercana con su madre y una hermana algo menor. Mario salió en varias ocasiones con su grupo de amigos y estuvo en alguna fiesta en su casa y en alguna discoteca. Comentó lo bien que bailaban Jessica y su hermana.

Como madre llegué a pensar que quizás Jessica tenía algún interés romántico en Mario, dado que le invitaba tanto a salir con ella y sus amigos, aunque nunca se llegó a concretar nada.

Un buen día Jessica le dijo a Mario que estaba embarazada, evidentemente no de él pues la relación entre ellos fue puramente platónica. Debió ser de algún otro amigo, parece que Jessica era un poco promiscua y quizás algo “viva la virgen”.

Tenía la misma psiquiatra que Mario, la doctora Casas, y también se lo comunicó a ella. La cosa fue muy fácil para la Dra. Casas, le dijo que no estaba en condiciones de traer un hijo al mundo y que además debido a las medicaciones que estaba tomando seguramente que el feto vendría mal, por lo que estaba claro que tenía que abortar, y sin más realizó el trámite para que le derivaran a un centro abortista donde le realizarían la intervención.

Un par de días después, la tarde anterior a su cita en la clínica abortista, Jessica apareció en nuestro piso y pasó la tarde con Mario en la piscina de la urbanización. Mario hizo lo posible por animarla a que no abortara y que si ella no podía tener al bebé que se planteara darlo en adopción. Incluso yo llamé a una asociación de apoyo a embarazadas para contarles la situación y ver si podían ayudarla. Me dijeron que le facilitáramos el teléfono a Jessica, y que si ella les llamaba intentarían ayudarla e informarla de las opciones que podría tener, como ir a un piso con otras chicas en su misma situación, una residencia, etc.

Pero Jessica no les llamó, lo tenía decidido y simplemente se fue al día siguiente como un corderito a la clínica abortista.

Poco tiempo después Jessica dejó de ir al hospital de día. Mario no ha vuelto a saber nada de ella.