Está claro que las garras de las farmacéuticas se extienden por todos los ámbitos de la psiquiatría. Y que los anuncios han sido una de las maneras de  que las publicaciones de revistas salieran gratis a los promotores de las mismas

 Por una de esas casualidades que se dan en la vida,  esas casualidades que a veces a todos nos salen en el camino, me encontré con una revista de Psicopatología, volumen 6, 1 enero-marzo 1986.

La revista  estaba dirigida  en aquel entonces por el que llamaremos uno de los popes de la psiquiatría, Francisco Alonso Fernández. Por referencia conocíamos muchos estudiantes de la Universidad Complutense  porque ocupó  el cargo de catedrático del departamento de Psiquiatría y Psicología de la Universidad Complutense de Madrid.

Lo que me sorprendió no fue su figura, sino que este número de la revista, me imagino, que como muchos otros, estaba financiado por los anuncios de psicofármacos  de las empresas  farmacéuticas,  a todo color, nada menos que doce, los cuales pagaban la tirada, deduzco que totalmente.

 Lo que me sorprendió fue ver  que a los profesionales que publicaran artículos se les limitaba en número de fotografía, a cinco por artículo , y se pedía implícitamente que no fueran en color. Ah, eso encarecía la tirada. Pero… no para los anuncios de las farmacéuticas, que de ese número llegaban a doce.

  Sí, ahí, ya estaba echando las garras para su consumo el conocido Trakimazin (alprazolam), la nueva  triazolobenzodiacepina que había salido al mercado, con la figura de una mariposa, símbolo  de la libertad,  eficaz para tratar los síntomas somáticos y psíquicos.

  Ya nos iban a hacer volar a un lugar de ensueño, porque la farmacéutica Upjohn, llevaba ya cien años, desde 1886, cuidando de nuestra salud, y debía de saber lo que se traía entre manos.  Ahí estaba el mensaje, chiquitito, al lado de la mariposa, cuya mirada se encontraba con el logotipo de Upjohn, casi como quien no quiere la cosa. ¡Ah!, excelente, dicen tolerancia por parte del paciente, y en letra chiquita, la indicación que se puede recetar a pacientes geriátricos, o con enfermedades debilitantes, a los que si fuera necesario se le puede incrementar la dosis.

 ¿Efectos secundarios? Buf… ¿Te lo crees? Para la farmacéutica la incidencia es baja, y parece que como quien no le da importancia, te dicen que uno de los efectos más frecuentes es la somnolencia. Y… ¿qué haces con ella si tienes que ir a trabajar? Te la metes en el bolso de mano, o en el de la chaqueta?  ¡¡Noo… están negando lo evidente!!

 Que hacen daño a la salud, que crean dependencia… Pero ante el prestigio de uno de sus mayores popes, Francisco Alonso Fernández, que se formó con López Ibor, uno de los psiquiatras eminentes,  pope en los años del franquismo, deduzco que los estudiantes de psiquiatría podrían pensar que el Trankimazin era una excelente medicación que acababa de salir al mercado. ¡No se lo piensen ustedes!, emprendan el vuelo, pero para volver del mismo, para desprenderse del Trankimazin, no les diremos  que cuanto más lejos hayan llegado con él, la vuelta va a ser más difícil, como escalar una  muralla llena de pinchos. Mientras nosotros, los accionistas de  la farmacéutica Upjohn, que ahora tiene la patente del nombre, nos vamos a llenar los bolsillos.

 ¡Qué majos son estos tipos de la farmacéutica Upjohn! Vaya, que su siguiente anuncio se te pone encima de las narices, si quieres leer el contenido de la revista.  Anuncian otro de sus productos. Halcion, con una cara de mujer, entre treinta y cuarenta años, repetida nueve veces  que va poco a poco abriendo los ojos.  Las feministas se echarían las manos a la cabeza. Podrían decir que han sido usadas como clínex por la propaganda de los psicofármacos de aquellos años. Algunas les retorcerían  a ustedes el cuello.

 ¿Qué es el Halcion? cuyo mensaje encima de la imagen repetida de la mujer dice: presente cuando es necesario… ausente cuando ya no lo es.  ¡Vaya mensaje manipulativo! Parece que están hablando del amor incondicional, de ese amor de enamorado, de padre, de amigo  que te dice aquí me tienes cuando me necesites, pero claro dicho de una manera tan elegante… ¡tan…! con mano izquierda, ocultando la daga tras la sonrisa. 

 Bueno el Halción (Triazolam) es un agente hipnóptico, útil, según ellos en el tratamiento de todo tipo de insomnios, y en particular cuando hay dificultades para conciliar el sueño, despertares nocturnos frecuentes  o despertar temprano por la mañana, cuando está unido a tratamientos de insomnio  asociados con ansiedad, y a situaciones médico-quirúrgicas que requieren un sueño reparador. Vamos, que es un coche todo terreno para esa área tan delicada que es el dormir. En general, el insomnio, dicen raramente necesita tratamientos más largos de 90 días.

Sigues leyendo en letrita blanca con fondo negro que se te cansan los ojos de los efectos secundarios. ¿Poca cosa, les parece? Somnolencia, vértigo, aturdimiento, trastornos de la coordinación, alteraciones del gusto, depresión, erupciones cutáneas, visión borrosa, palpitaciones, malestar epigástrico…. Bueno, si a ustedes no les va a tocar, no se protejan, les estamos salvando el sueño.

Lo que se te queda es esa imagen de la mujer que se va poco a poco despertando al bienestar.  Son ustedes muy listos, y muy poco éticos, tienen un equipo de marketing fabuloso, extraordinario. Entre uno y otro anuncio, habrán enganchado a más de un psiquiatra del cómodo e irreflexivo paradigma biomédico, que tire de receta y enganche a alguien, acostumbrado a  creer en los médicos, al que se le promete dejar de  pasarlo mal a la hora de dormir, olvidarse de las preocupaciones diarias, y caer como un zombi, al rato de haberse acostado. Luego, vendrán las consecuencias, pero  ya hemos creado un cliente para años. 

La casa  alemana Schering, en eso de los hipnóticos no se les queda a la zaga de ustedes. Usan como ustedes imágenes que manipulan.  Una mujer, maestra, profesora frente a una pizarra, y un ejecutivo frente a un ordenador. ¡Qué bueno es su equipo de marketing!, no se queda atrás, ni rezagado del de la competencia. Y el nombre que le han puesto al producto es ideal.  Están ustedes al pie del cañón, en primera línea de ataque al insomnio. Dos mensajes contradictorios:  no se preocupen ustedes, quizás no tengamos cien años de trayectoria, pero en saber vender y manipular no nos deja nadie atrás.

Noctamid (lometazepam) nuestro producto mágico ha sido creado para la noche pensando en el día.  ¡Uy! Esa imagen chiquitita que se incrusta como miniatura  al fondo, en un cuadrado que simboliza la pesadilla de un sueño, parece el diseño de toda una obra maestra. Lean detenidamente el anuncio. Te están ofreciendo la felicidad de un descansar profundo, metiéndote en un cuento más que de hadas,  de agentes de la ley salvadores, en una ilusión de profundo descanso, que se desvanece, como hasta en el cuento maravilloso cuando te enfrentas a la realidad.

 Veamos el apartado que el anunciante llama precauciones, una manera de enmascarar los efectos secundarios. Por la posibilidad del efecto residual tomen precauciones al conducir, manejar maquinaria peligrosa o ejecutar tareas donde la falta de concentración pueda originar un accidente. ¿No me estaban ustedes ofreciendo un descanso pleno y satisfactorio?  ¿Insomnio de rebote al dejar la medicación? ¿Agravamiento de los síntomas en cuadros depresivos severos ….?

 ¡¡¡Siiii… creado para la noche pensando en el día!!!

¡¡ DEJEN DE ENGAÑARNOS, HACEN DAÑOS IRREPARABLES!!

María Rosa Arija Soutullo

 Psicóloga

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