11 septiembre, 2024
Hace poco me escribió Juan Carlos Alonso, el padre de un joven de Arzúa (Galicia) obligado a recibir electroshocks por un juez. La gravedad de lo ocurrido y la indignación que despierta en las familias de los afectados ha impulsado la creación de la Asociación de Afectados por la Psiquiatría.
Estas personas quieren llamar la atención de la sociedad sobre la muy extendida y habitual práctica de tratamientos forzados en el campo de la psiquiatría en forma de ingresos involuntarios o de peligrosa medicación psiquiátrica con tratamiento ambulatorio obligatorio.
Les tomo la palabra:
Todo ello puede constituir una vulneración de los derechos humanos de los pacientes, ante lo que el afectado y la familia se pueden encontrar en una situación de soledad e indefensión”.
Entre los datos que divulga la Asociación de Afectados por la Psiquiatría destaca que se producen 65.000 internamientos involuntarios al año en España; 30.000 incapacitaciones anuales; y 800 fallecimientos en unidades psiquiátricas, 560 por tratamientos erróneos o mala praxis.
Son datos y cifras escalofriantes que expresan bien a las claras que hay una epidemia fantasma (porque no se ve) de daños provocados por la mala psiquiatría (hay otras maneras de entender la práctica de ayudar a personas con problemas de salud mental).
Se da la circunstancia de que cada vez se dan más casos de aplicación de la llamada Terapia Electroconvulsiva (TEC) o electroshock sin el consentimiento del paciente ni de la familia mediante la autorización de un juez.
Los daños del electroshock
El electroshock es un tratamiento psiquiátrico con el que se inducen convulsiones aplicando electricidad en el cerebro con un aparato eléctrico. La TEC se utiliza más frecuentemente para tratar cuadros de depresión mayor que no han respondido a otros tratamientos, y también para tratar la manía, la catatonía o la esquizofrenia, entre otros trastornos mentales. La terapia comenzó a usarse en la década de 1930 y se calcula que alrededor de un millón de personas en el mundo reciben TEC cada año (datos de 2011).
La técnica, obviamente, ha cambiado mucho desde entonces (solo faltaría); ahora se hace con anestesia general y computadoras. Los psiquiatras que lo promueven dicen que el TEC es efectivo y seguro. Solo en España se realizan al menos 3.000 electroshocks de estos cada año. En ese mismo enlace podéis ver que uno de estos profesionales dice que «la mortalidad viene a ser de 2 por cada 100.000 pacientes», como si fuera poco.
Sobre la efectividad os doy un dato que recojo del Consenso Español sobre la Terapia Electroconvulsiva: «La TEC ha demostrado ser globalmente la terapéutica más efectiva (70-85% de respuesta) en los cuadros depresivos graves, por encima de los fármacos antidepresivos».
No parece que sea para echar cohetes pues en el peor de los casos a un 30% de personas no les hará efecto, y se habrán expuesto a sus efectos secundarios (los más frecuentes se relacionan con los accidentes cardiovasculares durante la intervención y sobre todo la pérdida de memoria). Imaginad que os dejan sin recuerdos o sin poder reconocer a vuestros seres queridos.
El paso de Iván por Psiquiatría
Iván es el hijo de Juan Carlos. Como tantas otras personas, el chaval (de 30 años) lo estaba pasando mal -había sufrido un brote psicótico y sufría otros problemas-, su salud mental corría peligro y acudió voluntariamente a Urgencias del Hospital de Conxo de Santiago de Compostela (Galicia), pero todo lo que recibió fue ser ingresado, y retenido, en el área de Psiquiatría.
Y pese a que sus padres se negaron a que se le tratase con electroshock, un juez autorizó la aplicación de la Terapia Electroconvulsiva en el muchacho sin atender o escuchar a sus abogados.
Solo porque la psiquiatra -que tampoco escuchó ni respetó la decisión de los progenitores del joven- así lo quiso.
Aquí tenéis toda la información del caso colgada por el padre del afectado.
No hace falta recordar que obligar a una persona a recibir un tratamiento médico atenta contra la Ley de Autonomía del Paciente, que deja bien claro que en nuestro país todo servicio sanitario es voluntario. Esto dice esa ley:
La Ley 41/2002 afirma no sólo que el titular del derecho a la información es el paciente (art.5.2), sino que la información clínica forma parte de todas las actuaciones asistenciales, será verdadera, se comunicará al paciente de forma comprensible y adecuada a sus necesidades y le ayudará a tomar decisiones con su propia y libre voluntad (art.4.2), siendo el médico responsable del paciente quien garantice el cumplimiento de ese derecho.
Tremendo cómo está «la mejor sanidad del mundo». Da miedo acudir a un hospital si te encuentras mentalmente mal.