Se requerirá una «evaluación psicopatológica exhaustiva», según señala el borrador de la reforma del Manual de Buenas Prácticas sobre este acto

En 2022 se realizaron 38 eutanasias en la Comunidad de Madrid
En 2022 se realizaron 38 eutanasias en la Comunidad de MadridEuropa Press

El Ministerio de Sanidad trabajo junto a las comunidades en una reforma del Manual de Buenas Prácticas de la Eutanasia para explicar cómo situar la enfermedad mental en relación a esta práctica, y ya ha trascendido un primer borrador, del que se ha hecho eco “Diario Médico”.

El documento señala en su introducción que “la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia (LORE) no excluye la enfermedad mental, permitiendo que las personas con un padecimiento insoportable debido a la presencia de una enfermedad mental puedan solicitar la PAM (prestación de ayuda a morir) en igualdad de condiciones que aquellas cuyo sufrimiento proviene de una enfermedad somática».

Asimismo, el texto señala que «se requiere una evaluación psicopatológica exhaustiva que permita identificar aquellas personas que podrían acogerse a la PAM por trastorno mental debido a la presencia de un padecimiento grave, crónico e imposibilitante o una enfermedad psiquiátrica grave e incurable».

No obstante, el borrador aclara que en estos supuestos hay que «descartar aquellas personas que presentan síntomas de depresión o ansiedad leves o moderados, ya que estas condiciones son susceptibles de tratamiento y mejora, excluyéndolas del acceso a la PAM».

La información de Diario Médico señala que, según el borrador, en los casos en los que los profesionales sanitarios tomen parte en las solicitudes de eutanasia por enfermedad mental, éste deber ser » un profesional que haya atendido a la persona durante un periodo prolongado, como su médico de familia o su psiquiatra habitual».

En los supuestos en los que esto no sea posible, «el médico responsable puede realizar la interconsulta a los especialistas de salud mental que hayan intervenido en su seguimiento, y puedan aportar una visión longitudinal del proceso, como psiquiatría, psicología clínica, enfermería y trabajo social».

No obstante, el texto destaca que es preferible que «el médico consultor tenga formación especializada en el ámbito de la enfermedad que presenta la persona solicitante, dándose preferencia a un médico psiquiatra».

En su intervención este viernes en la mesa dedicada a la eutanasia, dentro del XXXIl Congreso de Derecho y Salud, de la asociación Juristas de la Salud, Nuria Terriba, vicepresidenta de la Comisión de Garantía y Evaluación de la Eutanasia en Cataluña, ha indicado que «no había duda de que la enfermedad mental podía motivar la solicitud de eutanasia de un paciente, de acuerdo con lo que recogía la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia o, por lo menos, no la había entre los miembros que formaban las Comisiones de Garantías y Evaluación de la Eutanasia de las comunidades autónomas. Sin embargo, las dos sentencias del Tribunal Constitucional, en respuesta a los recursos de Vox y del PP, alteraron este consenso excluyendo la enfermedad mental de la eutanasia, algo que fue muy sorprendente».

Fuente: https://www.larazon.es/sociedad/sanidad-planea-incluir-enfermedad-mental-como-causa-solicitar-eutanasia_20240607666346e5b19e5e000149b584.html

Comentario (1)

  1. Rosa

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    Estamos metidos en un buen lío. A los psiquiatras y médicos de familia se les aumenta el poder.
    Entiendo que el enfermo mental tiene su derecho a decir basta, cuando ha sufrido demasiado. Pero cuántas enfermedades mentales derivan de malos tratamientos?
    Aquí no se contempla la figura de otros profesionales, que podrían constituir piezas claves en el enfoque para considerar si existe aún la esperanza de un vivir digno,como pueden ser los psicoterapeutas, psicólogos clínicos, hasta dietistas que trabajen desde la salud, y otras alternativas médicas con las que se funciona en otros países.
    El modelo bioquímico de la medicina no se cuestiona, en esta ley, como tampoco la responsabilidad de quienes han medicado indiscriminadamente durante años creando enfermos crónicos. Todo se diluye.
    Y claro que el enfermo tiene que tener el derecho a salir de su dolor, indiscutiblemente, lo tiene. Pero, la sociedad en su conjunto debe trabajar para que los problemas mentales sean tratados con toda dignidad, y analizar de donde proceden los problemas, y, con sentido crítico valorar una realidad aplastante, que los esquemas de los tratamientos de la salud mental tienen que dar un giro de cerca de 360 grados.
    Con todo el respeto para quienes proponen esta ley. Pondría por delante de esta ley, otra, más urgente para mí, la de cambiar los esquemas del tratamiento de la salud mental, poniendo al alcance de este colectivo los medios necesarios para que de fondo se mejorara la calidad de vida de todos los que sufren enfermedades psíquicas en la sociedad española, atajando las múltiples causas que las producen.

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